Poda de formación
Tiene por finalidad la conducción de las ramas primarias y secundarias de un árbol. Con ella se eleva la copa del ejemplar, con el objetivo de no interferir la circulación peatonal y vehicular, la iluminación y la visibilidad de carteles comerciales si los hubiere.
En la poda de formación se debe tener en cuenta fundamentalmente la manera propia de vegetar y la forma particular de la especie, la que bajo ningún punto de vista deberá modificarse. La poda de formación incluye:
a) Formación del tallo y elevación de la copa (refaldado)
La elevación de la copa o refaldado consiste en la supresión progresiva y regular de las ramas más bajas del árbol, a los efectos de llevar su copa a una altura deseada. Cabe destacar entonces, la importancia de una correcta elección de ejemplares en el vivero, ya que si las plantas poseen una adecuada altura de inicio de copa (1,8-2,0 m) disminuyen notablemente los requerimientos de poda durante el primer año. El refaldado no debe hacerse demasiado de prisa (nunca más de 1 m. como máximo por año).
La altura de copa recomendada para el tránsito de peatones es de 2,5 m., en tanto para el tránsito vehicular el despeje será de 3,5 a 4,5 m., según circulen automóviles o colectivos.
b) Formación de túneles para cableado
La presencia de cables obliga a formar un túnel dentro de la copa, por donde se conduzca el cableado. La forma del túnel dependerá de la ubicación del tendido aéreo, ya sea que se encuentre sobre la línea de edificación o de plantación. Es importante formar el túnel a medida que crece el árbol, eliminando o rebajando las ramas que interfieran. De igual manera, se deberá conducir el árbol con el fin de que los artefactos de iluminación queden situados debajo de la copa, siempre que sea posible.